En la primera charla en vivo que realicé en mi canal de YouTube, compartí con la audiencia las experiencias y reflexiones que surgieron durante el evento de apertura de campaña del pasado 30 de marzo.
Decidí comenzar en el lugar donde crecí: Ixtapaluca, el hogar de mi infancia y el corazón de muchos recuerdos junto a mi familia.
Elegí este lugar no solo por su significado personal, sino por lo que representa en mi vida profesional: la cultura del esfuerzo. Cada paso en mi carrera ha sido construido desde el compromiso, la preparación y el trabajo constante. Regresar a mis raíces me permitió reencontrarme con quienes me vieron crecer y recordar de dónde vengo.
Tuve la fortuna de dialogar con vecinos y vecinas que expresaron sus inquietudes sobre la impartición de justicia. Una de las preguntas más poderosas fue:
“¿Cómo lo que tú haces puede ayudarme a mí en mi vida cotidiana?”
Esa pregunta me hizo reflexionar profundamente. La función del Tribunal de Disciplina Judicial es vigilar que quienes imparten justicia lo hagan de forma adecuada, y que los procesos no se conviertan en obstáculos para quienes más los necesitan. Una justicia retrasada, burocrática o insensible no es justicia.
Expuse que el papel del Tribunal consiste en vigilar que las juezas y jueces cumplan sus labores apegados a lo que establece nuestra Constitución, las leyes y los precedentes, así como evaluar su desempeño. En esas circunstancias, el Tribunal al que aspiro integrar tiene la obligación de actuar, porque la justicia no debe doler, no debe desgastar: debe transformar.
Muchas personas coincidieron en que el acceso a la justicia ha sido lento, desgastante y poco empático. Cambiar esa percepción es una de mis metas.
También compartí una anécdota que me tocó el corazón. Una señora, al finalizar el evento, le dijo a su nieta: “Ya ves mi niña, si tú estudias, puedes llegar lejos.” Ese momento me recordó por qué estoy aquí: para abrir camino a nuevas generaciones, para que sepan que los sueños son posibles, incluso si las condiciones no siempre son fáciles. Me reafirmó que ser ejemplo también es parte de esta misión.
Esta elección judicial es histórica, no solo porque nos da la posibilidad de participar, sino porque nos obliga a exigir integridad y sensibilidad en quienes aspiran a juzgar. No basta con hablar de justicia; hay que vivirla y ejercerla con congruencia.
Como vecina, servidora pública y candidata, tengo el compromiso de seguir escuchando y rindiendo cuentas. Porque una justicia cercana, humana y sensible sí es posible.
Este espacio será un canal abierto al diálogo. Si tienes dudas, comentarios o inquietudes, escríbeme. Y si este mensaje resuena contigo, ayúdame a difundirlo. Tu participación también construye justicia.
Gracias por acompañarme en este camino. Te invito a ver la charla completa en YouTube
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